domingo, 20 de septiembre de 2009

La fuerza del alma.

A veces los problemas son menos problemas cuando deberían serlo más. Y a veces ocurre todo lo contrario.
La gracia de las cosas reside en el fin último que éstas posean.
No hay nada más doloroso que ver a un ser querido pasándolo mal. En cambio, hay miles y miles de 'seres queridos' que lo pasan mal y nos pasa totalmente desapercibido.
En este mundo de injusticias, desequilibrios y desigualdades, la verdadera razón de ser existe a un palmo de nuestro propio yo. Entre nuestras almas y la piel. Desgraciadamente, las cosas sólo son cosideradas problemas en la medida en la que éstas nos afectan.

Es curioso cómo podemos ver una escena tercermundista en algún medio de comunicación. Justo en ese momento nuestra respiración se corta durante un segundo, para convertirse acto seguido en una expresión más bien triste. Lo realmente triste es la facilidad que tenemos todos los seres humanos para reponernos. Estoy completamente segura de que ninguno de nosotros nos acordamos, 5 minutos después, de dicha escena. Ya no forma parte de nuestra realidad, mientras que esa realidad sigue muy presente en alguna parte del mundo.

Sin irnos más lejos, somos terriblemente capaces de consolar a un amigo, y estar varias horas después de fiesta, tomando unas copas o hablando de frivolidades. Hasta qué punto puede llegar el egoismo humano...

Pero es innegable cómo es capaz el hombre de conmocionarse y sentir una pena tan suya cuando de alguna forma u otra, ese aspecto toca su fibra más sensible.

Yo misma, nunca olvidaré cómo sentí durante semanas la perdida el pasado 20 de octubre de 2007 de uno de mis hasta entonces referentes periodísticos, Juan Antonio Cebrián. Aquella tristeza que sentí era bastante irracional se podría afirmar. Pero lo sentía como si fuese una parte de mi que perdía irremediablemente. Y es justo ahora, casi 2 años después, que vuelve a mi memoria y siento el gran vacío que dejó uno al que siempre consideraré maestro.

También es cierto que la cercanía de los hechos nos hace actuar de una u otra manera, y eso es innegable. Por ello quieres dar todo aquello que pueda hacer feliz a esa persona. Aunque tu te sientas vacío. A eso yo lo llamo la fuerza del alma.


Y ahora, tan sólo una cita: “Los grandes personajes saben que están llamados a permanecer en la Historia”

No hay comentarios:

Publicar un comentario